Córdoba impulsa el turismo religioso como motor económico provincial
La capital cordobesa se posiciona estratégicamente como destino del turismo religioso, aprovechando su patrimonio histórico colonial para generar ingresos y fortalecer la identidad provincial durante el fin de semana largo.
Circuitos organizados potencian la actividad económica local
Bajo la dirección de Mara Pedicino, directora de Culto municipal, la ciudad implementó circuitos estructurados que combinan tradición religiosa con rentabilidad turística. La propuesta abarca desde los Capuchinos en Nueva Córdoba hasta las criptas jesuíticas subterráneas, generando un producto turístico diferenciado.
La Iglesia del Sagrado Corazón ofrece experiencias guiadas que incluyen ascensos a la torre de 40 metros y degustaciones nocturnas en el mirador. Esta actividad registra alta demanda, consolidándose como uno de los principales atractivos económicos del sector.
Patrimonio subterráneo como ventaja competitiva
La Cripta Jesuítica del Noviciado bajo la calle Colón y el túnel de 500 metros en Parque Bustos representan activos patrimoniales únicos. Estos espacios del siglo XVIII, originalmente construidos para transporte de agua, se transformaron en productos turísticos que capitalizan la herencia colonial.
Establecimientos como Mármol Siglo 17 integran patrimonio religioso con actividad comercial, mientras que la Casa San Alberto, sede de la primera imprenta del Virreinato, mantiene mobiliario original y criptas que atraen visitantes especializados.
Diversidad religiosa fortalece la oferta turística
La convivencia de confesiones diversas constituye una fortaleza competitiva. La iglesia anglicana San Pablo, la Congregación Evangélica Luterana, la Iglesia Apostólica Armenia Surp Kevork y la mezquita del Centro ofrecen experiencias diferenciadas que amplían el mercado objetivo.
Esta diversidad religiosa, gestionada mediante celebraciones conjuntas y visitas guiadas, genera un clima de tolerancia que atrae turismo nacional e internacional.
Circuitos provinciales expanden el potencial económico
El santuario de la Virgen de Alta Gracia lidera las opciones fuera de la capital, combinando espiritualidad con desarrollo del casco histórico. Villa Cura Brochero y Santa Rosa del Río Primero integran un circuito en estructuración que recibe peregrinos nacionales.
Las estancias jesuíticas declaradas Patrimonio Mundial (Santa Catalina, Jesús María, Caroya, Alta Gracia y La Candelaria) representan el máximo exponente del turismo colonial, ofreciendo experiencias auténticas del período virreinal.
La Capilla Ortodoxa Rusa en Anisacate, con arquitectura bizantina y cúpulas azules, abre excepcionalmente el 19 de diciembre, generando eventos especiales que incrementan la afluencia turística.
Modelo de desarrollo territorial sostenible
El turismo religioso cordobés demuestra cómo el patrimonio histórico puede transformarse en motor económico sin perder autenticidad. La estrategia combina tradición, modernidad y diversidad religiosa para posicionar a Córdoba como destino cultural de primer nivel.
Esta propuesta del 6 al 8 de diciembre consolida un modelo de desarrollo que valoriza la herencia colonial, fortalece la identidad provincial y genera recursos económicos mediante la explotación responsable del patrimonio religioso.